Carmen y Marta eran dos amigas que alquilaron un departamento para comenzar sus estudios. El departamento tenía dos habitaciones, uno para Carmen y otro para Marta, una cocina y un baño. Carmen se había bañado y se arregló.

Marta: -¿Por qué te arreglas?

Carmen: -Voy a salir, a verme con un chico que vive aquí.

Marta: ¿El primer día aquí y ya me dejas sola?.

Carmen: Vamos, Marta. Es solo un rato, luego vuelvo. ¿De acuerdo?

Marta: Vale, pasatelo bien.

Carmen ya se había ido y Marta se puso a ver una película. Mientras miraba la película escuchó un ruido, como un llanto que venía del baño. La puerta del baño estaba cerrada, y cuando se acerca y la abre ve a una niña con sangre y llorando. Pero su cabellera le cubria totalmente el rostro.

Marta, asustada dice:

-¿Quién eres, y por qué lloras?

La niña no respondía. Al instante se escucha el ruido de la puerta abriéndose, era Carmen. Marta corre donde estaba su amiga y le dice que vaya rápido al baño, pero cuando llegan las dos no había nadie.

Marta dijo en su mente: -Que raro, ¿y la niña?

Marta mira a Carmen y se da cuenta que tiene sangre en su ropa y tiene los ojos llorosos.

Marta: -Carmen, ¿qué te ha pasa?

Carmen: -No es nada. No es nada.

Marta: -Dime.

Carmen: -No es nada. No pasó nada.

Marta sabía que algo pasaba pero no le insistió más.

Carmen se dio otro baño y se durmió, al igual que Marta.

Al otro día, se levanta Marta y ve que su amiga estaba desayunando, mirando fijamente un punto fijo.

Marta: -¿Estás bien?

Carmen no contestó.

Marta: -Carmen, ¿qué te pasó?

Carmen: -No es nada.

Toda la tarde las dos estuvieron en el departamento sin hablarse.

A la noche Carmen se acostó enseguida sin decir nada.

Marta estaba preocupada por su amiga, tan preocupada que se había olvidado de la niña que apareció en el baño.

Mientras Marta dormía, escuchó un ruido que la despertó. Se levanta y va a la habitación de Carmen. Al llegar ve a su amiga en el suelo, con sangre a su alrededor. Se pone a llorar, no sabía qué le pasaba. Pero, en ese momento, se escucha una risita proveniente del baño.

Ella va hacia allí y ve la puerta cerrada como la otra vez, pero esta vez al abrirla no vio una niña llorando sino riendo y mirándola fijamente repitiendo una y otra vez su risa. Y escrito con sangre estaba la pared: "Ella merecía morir, ella me mató, Pero ahora, la maté yo"

Marta no lo entendía, volvió a la habitación de su amiga y encontró una carta que decía:

Querida Carmen:
No tienes que decirle a nadie lo que pasó la noche anterior. Pero últimamente me estoy sintiendo observado, como si esa niña que matamos con el coche quiera vengarse. Por favor dime si te pasa lo mismo.

Saludos, Francis.

Ahí todo cobró sentido, Por eso esa niña estaba allí. Marta volvió al baño y vio a la niña sentada mirándola. Seguía riendo.

Marta: -¿Por qué hiciste eso? Ella no lo hizo a propósito.

Niña: -El y su amiga no me socorrieron, me dejaron tirada.

La niña se fue acercando lentamente a Mata. Asustada, salió corriendo, pero la niña gateando rápidamente la alcanzó y terminó matándola, ya que Marta, tampoco la socorrió cuando la vio sangrando y llorando en el baño.



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