Una muchacha discute con sus padres para acudir a una fiesta, los padres no le deja ir. A pesar de todo decide ir, consigue salir por la ventana de su habitación sin que sus padres se enterasen.

Ya en la fiesta, conoce a un chico más mayor que ella. Hablan, ríen, bailan y beben juntos, mas tarde cuando la fiesta termina, ella pide al chico si puede llevarla a casa en su coche. El chico acepta llevarla, pero durante el trayecto chocan con otro vehículo que venia de frente, sufren un brutal y terrible accidente.

Cuando la muchacha despierta, esta tendida en la cama de un hospital, con ambas piernas amputadas. Una de las enfermeras le cuenta que no pudieron salvar sus piernas por las terribles heridas.
-¿Como está el chico que me acompañaba en el coche?, pregunto la muchacha.-

-El chico que conducía ha muerto, al igual que los otros dos ocupantes del otro vehículo con que colisionasteis, le dijo la enfermera.-

El dolor de su alma era enorme, pensó en sus padres, que sentirían mal por ella y por todo lo ocurrido. La muchacha pidió a la enfermera de decirles a sus padres que les quería mucho, que estaba muy dolida por haberles desobedecido y que no se reprocharan nada, que todo esto había sido sólo culpa suya.

La enfermera se quedo inmóvil, sin gesticular. Un tiempo después llegaron los amigos de la muchacha. Uno de ellos le pidió a la enfermera si la chica había dejado un mensaje para sus padres. Pero la enfermera contestó que no, que no había dicho nada.

La otra enfermera escuchaba la conversación y se intrigó mucho, porque ella sabía que la muchacha sí había dejado algo para sus padres. Al preguntarle porqué había mentido, ésta contestó que no sabía qué decirles, porque las dos personas que habían muerto en el otro coche... ¡¡¡eran los padres de la chica!!!. Sus padres murieron mientras se dirigian en busca de su hija en la fiesta...