Ya había terminado el ciclo escolar y en aquella vieja casona que servía de colegio se veía mas vieja sin el bullicio de los alumnos.

Aquel día me levante temprano como siempre, pues tenia que ir a entregar notas de fin de año, después de un breve desayuno me dirigí al colegio. Al llegar solo estaba el guardián, el cual me saludo muy cordialmente.

- Hola Profesor que anda haciendo por acá

- Vine a entregar las notas, ya vendría la señora directora ¿?..

El me respondió, que no había llegado pero me invito a pasar, me quede un momento platicando con el.

Luego me dirigí a mi salón de clases a terminar de recoger mis cosas y entregar algunos libros. En ese que hacer estaba cuando con el rabillo del ojo vi una sombra que paso hacia el final del pasillo, pensé que era alguno de los otros maestros.

Deje pasar un momento y fui a saludar a mi colega, pero al llegara al ultimo salón del pasillo no vi a nadie, estaba seguro que había visto algo, por lo que me encamine a la entrada a preguntarle al guardián.

- Hey don Goyo quien fue el que entro…

El se me quedo viendo y me contesto

- Aparte de usted…nadie

Me quede pensativo y luego regrese a mi salón. No tenia ni cinco minutos de estar ahí, cuando claramente escuche ruido de escritorios. Volví a pensar de nuevo que había entrado alguien y al rato me levante para ir ha ver, cuando me iba acercando al ultimo salón un escalofrío me recorrió.

Al llegar a la puerta vi a una chica en la esquina mas alejada del salón, sentada en posición de reposo. Automáticamente le dije hola, ella no me respondió, volvía a decirle hola... ella levanto lentamente su cabeza y pude ver la tristeza de sus ojos, nuevamente le dije hola, ella se quedo viendo un momento y luego hablo

- Pensé que nadie me vería aquí

Le conteste de quien te estas escondiendo en son de broma. Ella casi esbozo una leve sonrisa antes de adoptar esa expresión de tristeza que perturbaba.

Le pregunte como te llamas y ella contesto como quiera decirme no me importa, pensé para mis adentros, “esta debe de ser una de esas chavitas que les gusta hacerse la interesante”, y dime que haces aquí, hoy no hay clases.

- Eso no importa, yo no puedo estar en otro lado

Me quede pensando por un momento y le dije

- Así porque

- Solo me siento segura aquí… me contesto

- De que le respondí, es acaso que te maltratan en tu casa

Ella empezó a llorar y yo me acerque, pero entonces ella levanto una mano en señal de que me detuviera. Yo le dije, mira todo tiene una solución ella entre sollozos me dijo

- Si ahora ya lo se… aunque es un poco tarde porque tome el camino fácil

Pensé que se refería a que se había escapado de su casa y le propuse

- Mira todavía no es tarde si quieres, yo hablo a tu casa, ella se me quedo viendo y dijo

- Haría eso por mi

Claro le respondí y me dio el numero de teléfono de su casa, me encamine a la puerta del colegio, donde hay un teléfono publico.

Marque pero me decía que ese numero no existía en la red, intente un par de veces mas y con la misma respuesta, colgando el teléfono estaba, cuando llego la directora y la salude

- Miss fijese que al final del pasillo hay un chica y creo que tiene problemas

Ella se me quedo viendo y me pregunto como se llamaba, le conteste que no me había querido decir su nombre.

Entonces me dijo sabe profesor usted solo lleva un par de años con nosotros, y nadie le a contado de lo que paso, pues ya casi nadie lo recuerda, yo me quede extrañado y le dije que paso de que.

Entonces ella me contó que quince años atrás había una chica que siempre era la primera en llegar y la ultima en irse, porque no quería estar en su casa, pues su padrastro abusaba de ella y ella cansada de que nadie le creía termino suicidandoce en el ultimo salón del pasillo.

Yo no podía dar crédito a eso, pues yo había conversado con ella. La directora adivinando mi pensamiento me dijo:

- Usted debe de tener algo especial, porque ella no suele aparecersele a cualquiera y mucho menos aceptar ayuda.

Desde aquel día suelo quedarme de ultimo en el salón al final del pasillo para poder charlar con ella y poco a poco ha vuelto a sonreír.

Este cuento ha sido enviado por M. Orozco. Agradecemos su aportación.