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Publicado el miércoles, 4 de julio de 2012
Durante la clase la maestra dictaba y los niños escribían, pero el chistoso del lugar se le ocurrió hacer una broma. Diciendo que no había oído bien una palabra, le pedía a la maestra que la repitiera (la misma palabra vulgarmente tenía otro Significado).
Toda la clase entendió la broma del chistoso y se rieron al unísono, fue como una explosión de risa. La maestra les ordenó que hicieran silencio, los niños callaron, pero aún se siguió resonando una risa. Era una carcajada chillona y aguda, y al mismo tiempo algo ronca.
- ! Dije que hicieran silencio ¡ ¿Quién se sigue riendo? - dijo la maestra con tono enfadado. Buscó con la mirada pero no halló al culpable. Se oía con claridad que la risa se originaba en la clase, los alumnos se miraban unos a otros desconcertados.
Ese fue el primer echo extraño, unos días después, durante un recreo, cuando las clases estaban vacías, se oyó el rechinar de las patas de las sillas, como si alguien las arrastrara, así lo contaban los conserjes de la escuela, encontraban las sillas desordenadas, ventanas abiertas, cortinas que se movían cuando no hacia viento, en fin todo era muy extraño.
Los padres se enteraron de los hechos y ya no querían enviar a sus hijos, la escuela comenzó a caer en desgracia, los alumnos se fueron retirando poco, hasta que el colegio se vio obligado a cerrar sus puertas.
Hoy 10 años después estoy estamos dispuestos a averiguar qué fue lo que en realidad hizo caer en banca rota a la escuela, se han creado muchos mitos acerca de lo que en realidad paso, pero mi equipo de reporteros y yo vamos a desmentir todo lo que se ha dicho.
Trabajamos para un conocido canal de televisión, trabajamos desde hace tiempo resolviendo asuntos paranormales, y este es un muy buen caso, aunque el trabajo no es muy fácil, y a veces un poco arriesgado. Desde que escuchamos el rumor, nos pareció muy intrigante una escuela al parecer “embrujada”.
Nos llevó algo de tiempo contactar al que era el director de la escuela, el señor Ramón Salinas, un cincuentón, flaco, moreno, un poco calvo, pero lo hicimos, vivía no muy lejos de lo que ahora era una escuela abandonada.
Al encontrarlo, le dijimos que queríamos hacer un reportaje de su escuela, acepto sin pensarlo, pactamos para encontrarnos al día siguiente, pero entre la conversación que tuvimos, nos contó algo muy interesante.
-Mi escuela era un lugar muy exitoso, el lugar era muy acogedor, pequeño pero acogedor, hasta que llego ese día en que, la maestra del salón 13 salió gritando, al comienzo pensábamos que era alguna travesura de un alumno que ya había colmado su paciencia, pero desde ese día la maestra no regreso ni por su liquidación.
-¿entonces, los rumores son verdad?.-Pregunte
-A decir verdad yo nunca creí eso, pero los padres al parecer si, cambiaron a sus hijos de escuela, ya que ellos no quería ni verla.
-Interesante, ¿entonces mañana podremos comenzar a grabar el reportaje?
-Claro, la escuela como la ven, nadie ha entrado desde que la cerramos, está en completo abandono, intente venderla pero nadie quiso comprarla, al parecer, los rumores espantarían a cualquier posible comprador.
Evidentemente, La escuela se encontraba en total estado de abandono, polvo entre las mesas que aún seguían ahí, parecía una escuela sacada de un cuento de terror, el señor Salinas, haciéndolas de guía, nos llevó a conocer cada parte del colegio, laboratorios, baños, el salón de lo que era su oficina, y la misteriosa aula n° 13.
-Este es el aula de la desgracia, aquí se inició todo —dijo el director—
La verdad yo no note nada raro en ese lugar, habían unas inscripciones en la pizarra, eran palabras al parecer escritas en español, pero eran ilegibles, era como si hubieran pasado las manos intentando borrar las frases que estaban ahí, era una combinación entre polvo, pero las huellas parecían muy frescas. No dije nada, no pensé que sería tan relevante.
-¿En serio aquí no ha entrado nadie? ¿Todo está tal cual lo dejo usted?- pregunte--
-exactamente, ¿Quién entraría a una escuela embrujada?.- soltó una risa un poco llorona.--
Tenía razón, nadie se atrevería a entrar a una escuela, y menos para grabar un reportaje sabiendo que las cámaras captan mejores tomas que el mismo ojo humano, pero esos locos éramos nosotros.
El director Salinas era un hombre muy religioso, nos dijo que quedarse a dormir esa noche con nosotros sería atentar contra sus creencias, así que al caer la tarde nos dejó solos en la escuela, por una parte sería mucho mejor, nos dejaría hacer nuestro trabajo. Llego la hora de empezar con lo dicho, instalamos las cámaras en lugares precisos, habían cámaras posiblemente en todo el colegio. La parte que más nos intrigaba era el salón de clases donde había ocurrido todo lo paranormal, pusimos una cámara con la más alta tecnología, si algo pasaba ahí, de todas maneras quedaría registrado, así que nada se nos escaparía.
Prendimos la cámara, y nos fuimos a recorrer el colegio, evidentemente ya era de noche, la escuela había quedado a oscuras, no había fluido eléctrico, afortunadamente la cámara tenia luz que era un poco incandescente, hacía que todos nos viéramos de color blanco, los ojos fosforescentes, eso le agregaría un toque más terrorífico. Empezamos por la sala de profesores, todo estaba empolvado, había papeles tirados muy antiguos, sillas, una de las paredes estaba manchada con una especie de líquido de color purpura, eso nos llamó la atención, aún estaba pegajoso, pero ¿Cómo? ¿Acaso no se suponía que nadie había entrado ahí en 10 años?
Había algo muy extraño, tomamos algunas fotos de ese líquido viscoso y proseguimos en los baños, habían pintas, nombres de los estudiantes supuse, el agua de algunos de los retretes aun corrida, se sentía el ambiente un poco pesado, era muy molesto estar ahí, no encontramos nada que no sea el miedo que te ponía la piel de gallina, seguimos así sin encontrar nada extraño, hasta que llegamos al aula n° 13 ahí estaba concentrado todo lo paranormal, entonces ahí dormiríamos, la cámara estaba encendida, limpiamos algunas de las sillas y había llegado la hora de la cena, unas conservas eran el buffet , mientras comíamos, se escuchó una especia de gemido en el patio, el camarógrafo corrió con la cámara en el hombro, no había nada, la cosa se ponía cada vez más interesante.
Entre conversaciones y ruidos, llego la hora de dormir, eran las 12 a.m, todo estaba al parecer tranquilo, mi equipo dormía plácidamente, pero a mi algo no me dejaba dormir, sentía que algo iba a pasar, sentía como si mil caballos galopearan en mi cabeza, sentía que de un momento iba a estallar.
De un momento a otro vi una sombra en la puerta del aula, al principio no lo logre distinguir muy bien, era un niño, me miro y al parecer él se asustó de mí, yo estaba con los pelos de punta, no sabía qué hacer, no quise molestar a mis compañeros, solo atine a perseguirlo, Salí corriendo detrás de él, por momentos desaparecía, pero logre ver que se metió a otro salón. Entre y lo vi en una de las esquinas acurrucado.
--Ho-Hola ¿Cómo te llamas? –pregunte
--¿Qué quiere acá? ¿y qué hace con esas cosas dentro de ese salón?--respondió.
--No queremos hacerte daño, solo pasaremos aquí esta noche, ¿hace cuánto que estas aquí?
--No sé del tiempo, pero llevo mucho aquí, siempre estuve aquí solo. — ¿usted qué hace?
--Supongo que tú sabes mejor que nadie lo que paso con el colegio, soy reportero, vinimos hasta aquí para filmar un documental—respondí
--¿y también se supone que yo fui la causa? Pues sí, lo recuerdo muy bien. Te mostrare las razones, ¿me quieres dar tu mano?
El niño me inspiraba confianza, aunque el miedo de que estuviera hablando con un espíritu no se me iba, y más aún si me pedía que le extendiera la mano. Le di mano algo temeroso. Ni bien se la di, sentí un frió en las piernas que no me dejaba en paz, de pronto vi todo de día, el colegio con niños jugando al parecer en su recreo, profesores charlando, era como si nunca hubieran abandonado la escuela, estaba en un rincón del colegio, pero el niño aún seguía a mi lado.
--¿ves? –todo era muy normal, como en cualquier otra escuela, niños jugando, maestros, entre otras cosas, ah y no te preocupes que nadie nos puede ver.
--¿entonces? ¿Qué fue lo que en realidad paso?—pregunte
Me tomo de la mano otra vez, y cambios de lugar rápidamente, aparecimos en el salón n° 13.
--Aquí estamos, este era mi salón, ¿ves?
-- ¿pero dónde estás tú?—pregunte
Con su mano, señalo una esquina del salón, habían 4 niños, al parecer pateando a otro niño en una esquina, ese era el.
--¿tus amigos te pegaban? – pregunte
--si, lo hacían siempre, le intente decir a mis padres pero ellos están muy ocupados trabajando, ¿mis profesores? Nunca me creyeron, siempre fui el más retraído del salón, pasaba desapercibido, nadie me notaba- respondió con lágrimas que bajaban por sus mejillas.
--¿entonces qué fue lo que hiciste?
--siendo muy niño comprendí, que en este mundo hay mucha gente que sobra, y sin nadie que me escuchara, nadie me ayudaba, y yo no sabía pelear, no había otra salida ¿tu si me entiendes verdad?
--¿te suicidaste?—pregunte sorprendido
--ajam, fue la única salida en serio, nadie podría ni podrá comprender lo que se siente, es un infierno, desde ese momento, quería seguir aprendiendo por eso me quede en el colegio y ahora como nadie me veía, nadie me podría pegar ni hacer daño, no sabía que espantaría a todos los alumnos—respondió
Las lágrimas se me caían de los ojos, casi siempre pensé que los fantasmas son almas muy malas, que solo buscan asustar gente, pero a veces solo son almas que vagan buscando su lugar, pero entre los vivos están bien lejos de donde deberían estar, comprendí que en este mundo hay una entrada y una salida.
--Ahora que ya sabes lo que me paso, supongo que te ayude en algo, ahora ya puedes regresar a tu dimensión, no te puedes quedar mucho tiempo aquí—dijo
--espe-espera! –dije
En ese momento me soltó la mano, y abrí los ojos al lado de mis compañeros, en la tienda de campaña que habíamos instalado, ya iba a amanecer, me reusaba a aceptar que había sido solo un sueño, busque la cámara que había estado encendida toda la noche, evidentemente me había quedado dormido toda la noche, no me había movido siquiera un centímetro. Amaneció, el señor Salinas vino a buscarnos, a primera hora, recogimos las cosas y en la puerta de salida nos dijo:
--¿Qué paso? ¿Averiguaron algo?—
No les conté nada ni a mi equipo ni al director, supuse que me creerían loco, así que preferí callar.
--Nada, no vimos nada, al parecer si había un fantasma ahí, ya se fue, no encontramos nada de nada, nos vamos como vinimos—respondí
El director se quedó callado, con una sonrisa discreta dibujada en su rostro, salimos sin decir nada más. Supuse que de todos los casos que había visto, este había sido el más triste y conmovedor que me toco, no sé si fue real pero en fin, me di cuenta de que la agresión en las escuelas si existía hace 10 años atrás.
Este cuento ha sido enviado por Martyn Custodio. Agradecemos su aportación.
Categoria: Cuentos de terror, Cuentos fantasmas, Cuentos paranormal
10 Comentarios de “RELATOS DE TERROR | Cuentos, historias, pesadillas y miedo”
un excelente cuento terrorifico, y a lavaez para reflexioner.
cegh
es mui terrorifico y alavez conmovedor
Esto si que es para reflexionar
muy bueno re mil bueno brvo bravo aplausos
que triste historiapobre niño
meparecio chebre niciquiera es de terror ho no
buena historia
Me dio un poco de miedo y pena pobresiitoo
Exelente cuento realmente me encanto y si tiene una cuota de reflexión y yo pasé por muchísimas situaciones de ese maltrato y es horrible pero no llege al suicidio ni jamas lo hare pero es genial !!!! n.n
Muy bueno