Habíamos planeado un viaje mis amigas María y Noelia y yo. Queríamos ir de vacaciones 15 días a Barcelona y partimos desde Ciudad Real. Fuimos en coche, púes teníamos veinte años y no teníamos mucho dinero para ir en autobús o en avión. Era la primera vez que íbamos, así que cogimos un mapa para ir. En medio del trayecto, el coche se quedó sin gasolina, por culpa de María que decía que ya cogería una gasolinera pero parece que la gasolina duró poco tiempo. Estábamos en medio de la carretera, y ningún solo coche pasaba, Noelia y yo intentamos llamar a la grúa pero no había cobertura. No había más remedio que buscar algún lugar para pedir ayuda. Andamos mucho, sin encontrar nada, hasta que nos topamos con un pueblucho. Pero no era uno cualquiera, no había nadie, estaba absolutamente abandonado. Los coches estaban en medio de las calles con las llaves echadas. Habían bares que todavía en las mesas habían cervezas y refrescos. Yo recuerdo que lo vi todo como un sueño... parecía más bien una película, pero era real. No entendí nada, claramente estaba abandonado ¿Pero, y los coches? ¿Y los refrescos?. Entramos en una de las tantas casitas que habían. una casa blanca con sus macetas por fuera (típica de España) y por dentro era muy bonita, pero la televisión estaba encendida. Buscamos como locas haber si había alguien, pero nada. Había dos habitaciones; una donde había una cama de matrimonio muy vieja, y en la otra dos camas y unos juguetes tirados. Salimos de la casa y oímos que sonó la campana de la iglesia. Asustadas, corrimos para salir del pueblo, pero no encontrábamos la salida. De repente, escuchamos como alguien entraba en un bar. Corrimos para pedir ayuda y no había nadie en el bar. Entramos en el baño, y vimos a un hombre de espaldas con el pelo rubio, camisa de cuadros y unos vaqueros desgastados. Le contamos lo que pasaba y el ni siquiera se daba la vuelta. Yo le toqué la espalda, entonces él como si le hubiera picado una avispa se dio la vuelta y enseñó su horrible rostro. Los ojos eran blancos, tenía saliva echando por la boca negrísima, no tenía nariz y tenía un cuello larguísimo. Rápidamente nos intentó atrapar, pero nosotras salimos pitando del bar, nos siguió y al final nos perdió la vista cuando nos metimos en un callejón estrecho. Las tres nos sentamos cansadas en el suelo, todavía no podíamos comprender lo visto. Pasamos la noche en una casa que encontramos (también con la televisión encendida). Al despertar nos asomamos por la ventana y observamos que había una pareja de turistas. La gritamos y le contamos lo que nos pasó. Ellos nos dijeron que les pasaba igual, iban al aeropuerto de Barcelona para ir de luna de miel se quedaron sin gasolina y encontraron este pueblo para pedir ayuda. Justo antes de decirles lo del hombre deforme vinieron como cincuenta hombres y mujeres iguales, con los ojos en blanco, echando babas negras, sin nariz y con un cuello larguísimo. Pero estos iban vestidos de negro y con sombreros de paja. Corrimos pero la pareja de turista se quedaron paralizados del miedo, vimos como les arrancaban las cabezas con las manos y las devoraban entre todos, luego les arrancaron los pies y se los devoraron en segundos. Después de haberlos descuartizado y dejar solo el tronco, los brazos y las piernas se fueron tranquilamente. Me acuerdo que Noelia se desmayó y tuvimos que estar media hora esperando a que despertase. Se puso a llorar y a llorar, la tranquilizamos, pero no nos fuimos indiferentes. Al final hicimos autostop y nos llevaron a la comisaria. Ahí avisamos sobre lo ocurrido con aquella pareja. Enviaron una ambulancia, y por poco no salen con vida. A aquel pueblo llegaron policías e investigadores y después de 2 años nos aclararon las cosas: era un pueblo paranormal, todo empezó cuando una plaga de moscas lo invadieron e infectaron a casi todos. El 75% del pueblo murió y el otro 25% infectado. Los infectados se comieron a los muertos por la enfermedad de las moscas y siempre movían cosas y encendían cosas y cada persona que tocaba ese pueblo acababa devorado por los infectados.

Han pasado 65 años y acabaron con la plaga de moscas de origen egipcio que infectó a otros tres pueblos de aquella carretera. Hoy mismo es el aniversario de la muerte de Noelia, que murió tres años después de haber pasado por ese pueblo por haber sido infectada por una mosca de aquel pueblo mientras dormía. Si lees la primera frase de este cuento por segunda vez esta noche te devorará a las 4 de la madrugada.

Este cuento ha sido enviado por Esther, agradecemos su aportación.