Nunca creí en los espíritus, ni en la magia, ni en nada paranormal. Mis amigos eran muy creyentes, pero a la vez muy miedosos como para investigar sobre el tema. Sin embargo yo voy a demostrarles que esas cosas no existen.
Con un viejo amigo mío del barrio decidimos visitar una vieja casa abandonada en la ciudad que según los rumores, era una casa embrujada. Llevamos una cámara de fotos, dos linternas y algo de comida.
Llegamos a la casa, era enorme, tenía casi cuatro pisos, era muy antigua lo cual se podía ver en sus paredes agrietadas y en sus viejas ventanas enrejadas. Comenzamos a caminar lentamente hacia la puerta de entrada, golpeamos la puerta en caso de que alguien viviera todavía allí.
La puerta comenzó a abrirse lentamente como si alguien nos invitara a pasar; entramos pero no había nadie del otro lado de la puerta. Escuchamos una perturbadora risa que provenía de los pisos superiores, así que decidí preguntarle quien era… nadie respondió.
Revisamos el primer piso, pero no encontramos nada interesante, más que antiguos cuadros, pinturas, una gran cantidad de libros, tomamos algunas fotos y decidimos ir a ver que sucedía en los pisos superiores.
En el segundo piso apenas se podía ver, las ventanas habían sido tapadas por completo y solo algún que otro pequeño rayo de luz iluminaba el pasillo. Mi amigo tomó su linterna mientras yo con la cámara comenzaba a tomar fotos. El suelo del pasillo era muy pegajoso, resultaba dificultoso caminar, hasta que llegamos a un cuarto cuya puerta estaba abierta.
Ingresamos y nos dimos cuenta que era un dormitorio en el cual había un piano y una cama con un ropero a su lado. Observamos un bulto debajo de las sábanas de la cama, por lo cual pensamos que había alguien allí. Lo llamamos, hicimos ruido, gritamos, pero no se movía.
Tomé mi cámara y apunté a la cama mientras mi amigo removía lentamente las sábanas. Fue cuestión de remover la última que se escucho un fuerte ruido a nuestra espalda, mi cámara se me cayó del susto al suelo, me hice rápidamente a un lado y me dí vuelta. Fue lo más espantoso que había visto en mi vida, una bestia que tenía forma humana pero no era de este mundo, lanzaba espuma por su boca y sus ojos estaban prendidos fuego, su rostro estaba completamente deformado, sus largos y arrugados brazos tocaban el suelo y lo rasgaba con las espantosas uñas de sus dedos, de su largo cabello negro y seco caía un raro líquido que pintaba el suelo.
Pasaron unos segundos que la bestia se quedó quieta en su lugar hasta que la puerta se cerró abruptamente. Estábamos locos, muertos de miedo, no queríamos salir. Tomé mi cámara la cual se había roto a causa del golpe y la guardé en mi mochila.
Comimos algo, tratamos de calmarnos por unos minutos. Mientras comíamos mi amigo decidió sentarse sobre aquella antigua cama y un gruñido se escuchó por todo el cuarto, el ropero se abrió de forma inesperada y los largos brazos de una bestia tomaron el cuello de mi compañero.
Me paralicé, mi compañero necesitaba ayuda, pero tenía mucho miedo, ahora creía en lo paranormal, pero sino salía vivo de este lugar nadie escucharía mi historia. Abrí la puerta del cuarto y corrí hacia la puerta de entrada escaleras abajo.
Al querer abrir la puerta, la bestia estaba del otro lado. Por lo tanto corrí lo más rápido que pude hacia otra habitación y cerré su puerta con llave, la criatura comenzó a golpear en ella.
Prendí mi linterna y comencé a revisar la habitación hasta que encontré una vieja maquina de escribir sobre una mesa, a su lado había un papel que mencionaba que hace mucho un científico loco había hecho experimentos sobre su esposa la cual padecía de una enfermedad terminal y le quedaba poco tiempo de vida.
Su esposa había muerto, pero poco tiempo después de morir había vuelto a la vida milagrosamente, sin embargo no era la misma, su cuerpo había comenzado a mutar y sus recuerdos habían desaparecido, estaba completamente loca y tan solo buscaba alimentarse. El escritor de tal nota era dicho cientifico que menciona que no pudo soportar más la tortura de saber que el era el culpable de tal monstruosidad y decidió quitarse la vida con un disparo, también menciona que la enfermedad era contagiosa y que la mejor forma de eliminarla era con la luz del sol.
Pasaron horas, mis labios estaban secos, mis ojos ardían y mis oídos estaban cansados de escuchar el mismo silencio perturbante. El espíritu estaba del otro lado de la puerta, podía verlo por la cerradura de la puerta. Ya sin otro remedio, decidí tomar un cuchillo que estaba en el suelo y abrí la puerta.
La bestia se abalanzó sobre mí, sus ojos prendidos fuego me asustaban pero en el forcejeo con la criatura logré enterrarle mi cuchillo en su cuerpo. La bestia comenzó a escupir sangre y terminó muriendo.
Caminé lentamente hacia la puerta de salida, sin imaginarme que algo peor estaba por suceder. Otra de esas monstruosidades cayó desde el techo, su cuerpo sangraba por todas partes, un espantoso olor provenía de su cuerpo, sus largos brazos se acercaban a mí y pude observar que su cuello tenía graves marcas de rasguños. Era mi amigo y había sido convertido por mi culpa. Me mordió el brazo pero lo empujé con fuerza y comencé a correr hasta que finalmente salí de la casa, él me siguió pero el sol lo desintegró en cuestión de segundos.
Sé que fui mordido, estoy débil, un dolor insoportable vive en mi cuerpo, decidí escribir mis últimos momentos en la maquina de escribir y se que este será mi final. Caminaré lentamente hacia la puerta de salida y esperare a que la luz libere mi cuerpo.

Este cuento ha sido enviado por Matt, agradecemos su aportación.



Categoria: ,

36 Comentarios de “RELATOS DE TERROR | Cuentos, historias, pesadillas y miedo”

Comenta este cuento de terror