Llevaba poco tiempo trabajando en un hospital reconocido de mi ciudad, así que poco conocía de los servicios que habían en el. En algunos países se celebra la semana santa o también llamada semana mayor, que inicia desde el lunes santo hasta el domingo santo. Yo como auxiliar de servicios varios fui enviada por uno de mis jefes a revisar el aseo de un gimnasio que se encontraba en un lugar al que nunca había ido, una antigua unidad mental que había sido trasladada a otro lugar hacia mucho tiempo, llegue el miércoles santo a las 5.30 am, tome la llave de la puerta del gimnasio me dirigí a el para cumplir con mis labores. Era un lugar solo con un largo y obscuro pasillo, al fondo vi la puerta y me dirigí a ella... al abrirla vi la sombra de una persona tras una puerta de vidrio, era la figura de un hombre encorvado que cruzo de un lado al otro, en el momento no sentí miedo, ya que era la primera vez que iba a ese lugar, solo pensé que era la sombra de las personas que cruzaban la calle y su sombra se reflejaba a través de la lampara de la calle. Revise bien el lugar, estaba todo en orden pero algo me causo curiosidad, tome una silla y la acerque a los inmensos ventanales, que habían, me asome y vi que la lampara que supuestamente reflejaba la figura de aquel hombre se encontraba demasiado lejos casi a tres cuadras de la ventana y que estaba en un segundo piso, sentí miedo, corrí a la puerta y al tratar de cerrarla alguien la tomo y la halo hacia dentro, al sentir esto salí corriendo por ese largo pasillo, cuando a la vez alguien me seguía. Sentía que mis piernas no respondían al querer correr más rápido, este momento fue el más largo de mi vida y a la vez el pasillo sentía que nunca iba a llegar al final de el, no supe como baje 35 escalones que se encontraban antes de llegar al pasillo, al llegar al portón, trate de abrirlo pero se encontraba cerrado con llave... entonces pegue un grito tan fuerte que las enfermeras salieron a ver que pasaba, ellas al verme mal, preguntaron que pasaba, les conté lo sucedido,y ellas solo dijeron que eso era normal en este hospital, que pasaba siempre y que este lugar estaba lleno de historias que solo ellos las habían vivido y ese día yo también la viví, desde ese momento y hasta ahora en el 2012 me aterra ir a ese lugar donde aun voy.

Este cuento ha sido enviado por Yarlenny, agradecemos su aportación.