Ocurrió hará cosa de un siglo que una familia de mentalidad cerrada y tradicional compró una casa muy grande en mitad de una montaña. Era tan enorme que aunque la conocieras de memoria te podías perder. Esta familia estaba compuesta por un matrimonio con 2 hijos: una niña y un niño de seís y cuatro años, eran muy bellos y curiosos, sus padres siempre los castigaban. Un día las pobres criaturas fueron a jugar al desván y no regresaron. No había rastro de ellos y el matrimonio empezó a enloquecer, al cabo de un rato los niños aparecieron:¡se trataba de una broma!, ¡se habían escondido!. El matrimonio los encerró en el desván como castigo, los encadenó a la pared, fingieron que habían muerto, les daban de comer restos humanos, mataban a los excursionistas o viajeros que pasaban por aquellos lugares.
Al pasar los años nacieron dos niños indénticos a los primeros aunque éstos eran mellizos.Sus padres los adoraban ,les prohibieron a ambos ir al desván, bajo ninguna circunstancia debían subir.

Un día cuando los mellizos eran adolescentes y estaban aburridos , oyeron un ruido:
-¿Qué puede ser ese ruido?- se pregunto el chico de nombre Gaby
- Viene del desván, yo voy a subir- dijo la chica de nombre Eva.
Eva subió a pesar de las protestas de Gaby,se encontró con la puerta cerrada, la golpeó varias veces, una voz varonil respondió:
-¿Quien es?, ¿padre?, ¿madre?- la pobre Eva asustada pero deseosa de saber lo que había dentro volvió a golpear la puerta , ésta cedió y vio a un chico igual a su hermano , a una chica igual que ella desnudos y encadenados, sus rostros estaban desfigurados.
-¡Eva, debemos bajar!- era Gaby quien la había seguido, pero ya era tarde sus padres aparecieron detrás de ellos:
-¡ Habréis de pagar!- y con dos hachas despedazaron a los mellizos, ante las famélicas miradas de sus otros hijos encadenados.
Dicen que cuando pasas cerca de la montaña puedes oír los lamentos de esos dos hermanos encadenados.

Este cuento ha sido enviado por maricarmen, agradecemos su aportación.